Se convoca a los lectores de la obra de Néstor Sánchez a remingtonear desde una frase elegida.


TUMULTOS

"Un Estado se desarrolla en sus consensos".

 

Martín Fierro

Si hay envuelto en el vuelto de una acción juzgada y desechada, si hay vuelto es en un desconcierto, es provecho de nadie el nunca, es en un jamás que se escande y grande se abusa de la tela que vela su cortar y perdonar, de la tela una hilacha se deshila y madeja otros ovillos retenidos en su reposar. Si de mejorar se trata, nadie cuenta por contar, nadie en un sobresalto busca de su cabeza un andar. Si de contar se trata hay de los que suponen sus propios tinos y trinos, si es que a cantar se mandan. Y como la demanda es grande, en sus glandes amasijan una pija chusa y blonda, un desandar por el culo que en cada acumulo y con disimulo es de fácil ablandar sobre cada pasar. Tanto cuentito huero, sin agujeros, en disimulos de puro estimulo, en perorar sin cagar, cargando cada enfiestada que cuesta un lenguaje explicar. Cada cosa que se adjunta o desorienta no puede concebir separados los lados de la educación en su función expresados. Tantos cuidados desorientados, da para más los lados y tantos lugares santificados. Es preferir lo intangible en su dual y después una pensadera que refrigera la coladera de su posar, es preferible un cuentito ego y palaciego que surta un placentero desasosiego y después el bienestar. Preferible capturar por disimulo que urdir un espontáneo devenir. Festejar un argentinar de tanta politiquería puesta de impuesta, festeja el animal capturado sin daño si de simular surten aledaños. Es preferible ser traidor que disimulador, me dijo un payador, es mancomunar un andar que de manija no carga con la fija de un surtido sentido, una salida al tan razonable pedido de especular, de buscar tanto origen perdido y tanta acecha de mortandad. Si de mortaja se trata tanta baraja tiene su aletear cada fuerza que se tuerza, repliega y ojaldrea, sin bulto ni tumulto porque dicen que en cada payada abunda bestialidad dada, desanda toscos y hoscos desechos mundos ventilados. Tambalean en cada varahunda vapuleda que torba y estorba un viento oral, unas multitudes, unos animales sin duales acomodables, ni razonables leyes de ombligo, postuladas posturas donde comen los adiestrados animales sus pasturas de promesas admirables. Si con escuchar otras verdes prederas y estelas de sonido que contenido descontenga y provenga en simultaneo un desajustado razonado que venga por pensadera alumbrando lo sin nombre y lo que detiene porque entretiene pesadumbre de podredumbres.

Ahora voy a largar una historietita fulera, sin madeja ni moraleja, que prenda por su lejana distancia que desaconseja. Una historietita sin historia, despejada de fiadores que alimentan sus brechas con endechas de mortajas deshechas. Si lo político se prescribe una cierta vaciedad que a destajo y por atajos encomienda, tira el correo de la obediencia en cada enredo y queda la miseria de una ley que emboca y provoca por la boca sus más y sumas horrendas piedades que no hay cuerda que afloje semejante alborotaje del taburete comprimido en cada dividido social. A mi tierra hay para el que escoje que hay ojetes y tarros y apremios para un culo tremendo. Que a la suerte la enredan los viles especuladores, de sus espejos de ensueños traen varatijas para ver quien tiene la manija y la enmienda de sus haciendas. Pero de estos ensueños no hay bola con manija que contenga tanta malicia y se sale por donde menos se planea, y de estos ensueños tambien se vela un tela quebradiza que se desliza y atiende las desatendidas baratijas. Y es contundente lo que puede un cuerpo absorber de otro cuerpo pelambres de calambres y hormigueos y de estos humedosos sococrotos sacarle puntadas a las pavadas. Ansí le decían mientras absorvía con clavija una tonada una ventisca que sonada amasijaba su historietita sin comienzos ni piensos de clase postiza. Hablaba sin abrir la boca y el otro le contestaba que de un tiempo a esta parte el cuerpo se le iba como tirando, como ladeado a su derecha, y de esta endecha discutía y partía que era tal para la sortija que le había tocada de valija. Un cuerpo tirado a la derecha es hablando de política una pelambre de alambres  hecha, una noticia bien dicha para complacer a los placebos de la dicha. Un cuerpo que embicha y se hincha de orgullo vanal y socarrón, que desprecia y aprecia su vocación de fanfarrón. Y que de esa boca, de ese hablar sin abrir la boca succiona su leche cortada por la manada ociosa y obediente. Y de ese cortar desunido envenena lo que enajena con desperdicios y vicios que codicia lo que ajena. Todo esto que es resto dicho le temblaba en cadencia con las palabras y por sonada que abra la despareja reja de arado que aqueja. Y en este ensueño, peor veía lo que mejor oía y enrostrando penas se acercaba para que una voz baja hablara, un chsss de amigo no despierte a nadie que están todos dormidos.

 

BONI

El artificio

Cafferata María Jazmín

                                                                                                                         “Por ahora ningún propósito concreto, salvo que escribiré

en permanencia, por primera vez, con la mano izquierda”

Diarios de Manhattan. Néstor Sánchez

 

Qué bosta, otro bollito de papel para jugar a embocar en el paragüero de la puerta. ¡Horacio! ¿Me traés otro cortado por favor? Es increíble lo que me cuesta arrancar. Quizás es porque en realidad no sé lo que quiero decir. A ver, a ver, pensemos: ¿qué es lo que quiero hacer? Quiero generar arte en mi escritura. ¿Arte digo? ¡Como si fuera algo tan sencillo, como si supiera lo que es, en este momento el ARTE! A veces soy tan absurdo que me sorprendo a mí mismo. Quizás deba ir más de a poco, “vamos a empezar por el principio” diría… bueno, nadie que yo conozca, eeeh… Gracias che, ¿me traés una medialuna también?

                El principio sí, ¿pero cuál? Quizás lo mejor sea empezar por Sánchez, ir a lo específico en vez de enroscarme en los teóricos. Sánchez escribió una parte de La condición efímera con la mano izquierda. Esto que puede parecer poca cosa a quienes no están en contacto con la teoría literaria -No, cómo voy a poner eso. Mis lectores creerán que soy un arrogante, un soberbio. Quizás sea mejor si menciono a Schklovsky -¡peor! ¿Pero qué me pasa? Años de estudiar cómo se construyeron las grandes obras literarias y no soy capaz de escribir dos líneas. Allí va otro bollito de mi fracaso.

                Bueno, a ver Partiendo de la idea -ah, pero soy un hijo de puta, arrancar con gerundio, por favor, ¿para qué estudié, señorrrr? Más que una medialuna debería pedirle un revólver a Horacio. Horacio, una .22 cargada por favor, descargámela acá, sí, un par en la chota y el resto a la cabeza. Gracias, muy amable.

                El arte desautomatiza aquello que es cotidiano, aquello que en nuestras vidas ya está naturalizado. La literatura, como otras manifestaciones artísticas, logra que lo considerado convencional, ordinario, se vuelva extraño, sea visto bajo otra luz. La buena literatura, al menos para mí, nos obliga a cuestionar nuestros hábitos, pensamientos, lo más íntimo del ser y de la sociedad.  Esto parece una clase, no puede ser más aburrido. Justamente por este motivo he decidido que -no, si lo explico es al pedo.

Ayer en vez de tomar mi usual café al desayuno, decidí tomar un jugo de naranja. Mi mujer me miró extrañada ante mi pedido, no entendía que después de tantos años juntos yo estuviera saliendo con exquisiteces. Murmuró algo por lo bajo y cuando le pregunté qué había dicho me contestó que no había naranjas. En vez de bañarme como todas las mañanas, ponerme el traje y afeitarme, me puse una campera y salí. El verdulero no me reconoció, con el pantalón de pijama y barba. Las viejas que estaban allí tampoco, pero lo cierto es que no nos conocíamos. Nunca voy a la verdulería a la mañana  Uno cree que conoce más o menos a todos sus vecinos hasta que va de compras en un horario distinto. Si no hubiera caminado allí, habría creído que me equivoqué de lugar. ¡Qué cantidad de viejas, por favor! ¡Cuánta parsimonia para pedir un kilo de papas! ¿Es realmente necesario preguntar el precio de cada uno de los productos? ¿y quejarse sistemáticamente ante cada respuesta del resignado verdulero? ¿qué, me pregunto yo, es lo que les hace pensar que a las nueve y media de la mañana tengo –tiene nadie – interés en discutir la condición actual del país y cómo se relaciona con su tos?  – Bueno, definitivamente las viejas no serán mis lectoras. Ahora, cómo saltar del kilo de naranjas a la desautomatización de la vida, datisdecuestion. Mejor por otro lado.

Todos los días se levantaba, se lavaba los dientes, tomaba un café y se iba a trabajar. Quería ser escritor, por lo que empezó a ir todas las tardes a un bar amigo para codearse con otros artistas. Había estudiado literatura durante muchos años y -esto es un desastre. Sánchez se está revolcando en su tumba. Tengo que ir por su estilo, vamos de nuevo.

 

Levantarme todos los días lavarme los dientes ponerme la misma ropa que es otra pero la misma vestirme de mí disfrazarme de mí hasta que un día en vez de café quise jugo y vos me miraste con esa cara de que seguro algo estaba escondiendo y andá a saber qué pensaste cuando salí en pijama aunque no sé si no fue más la sorpresa de las dos mil viejas eternas en la verdulería y después olvidarme del jugo cuando entro a casa y estás guardando toda mi ropa en valijas diciendo que estás harta de mí de no conocerme después de tanto de que no sea sincero - ¿tendría que dar contexto sobre nuestra relación? Parece un poco exagerada su reacción. Horacio, te pido un -no, una cervecita fría mejor. Para qué intentar explicarte que la rutina que el arte y que Sánchez para qué si vos ya estás decidida ya estás cansada ya no me creés ni querés ni tocás o es que yo no te toco y me pregunto si alguna vez te toqué mientras vos prolijamente guardás mis camisas que me disfrazan de intelectual y me decís amorosamente que me meta el arte en el culo y que de qué desautomatización te hablo si hace cinco años que hago las mismas boludeces pensándome tan superior al resto de los mortales y tenés razón -Horacio, un güisquicito también -tenés razón tenés arte y vida y yo buscándolo en un café con leche en el bar de Horacio y no en tu piel en la punta de tus pezones en esa sonrisa que hizo a más de uno querer invadir Troya y ahora estoy sentado acá buscando siempre buscando y dándome cuenta que lo más automático en mi vida es esto, este devenir escritura y lo más artístico que podría hacer es parar. Parar. 

En susurro

Otto Garbers

                                                                                                                          Y la pregunta se reimplanta con la misma simplicidad de

 una primera advertencia:¿Por qué cuesta tanto superar,

aunque más no sea parcialmente, un mecanismo tan manifiesto?

 

Néstor Sánchez,

La comarca

 

 

La risa, por fortuna, se prolongó bastante.

Pero recaímos en la perturbación (animosa, diríamos la parada de aquel tren que las abandonaba y me dejaba ese libro) :

Estoy obligada a vivir.

Estoy obligado a vivir.

Sobre la mesa ni sopa quedaba ya porque ellas se habían anticipado a mi deseo y sabiendo mucho más que mi propia timidez comenzaron a jugar ante mi mirada sucia que de golpe y viéndolas tan juntas se comenzaba a lavar.

No te limpies todavía, en susurro. Catalina contra Esther del otro lado de la mesa y la suciedad que invadió tan siquiera por la indecisión de no poder acercar una mano, un dedo, una uña.

Tan solo de súbito arrebato caí en la cuenta que mi soledad estaba ausente y últimamente de vez en cuando, con el latido ardiendo en las venas, he tenido el terror más grande, irritable en ese, justo ese instante que sus labios se encontraron mientras me dedicaban un guiño a contrapelo, sabidas cuentas que estaba indefenso en un compás a medida de su pudor.